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Projet "CULTURE CLASSIQUE" : rencontre avec un violoniste de l’Orchestre des Champs-Elysées.

A travers le projet "CULTURE CLASSIQUE", la classe de seconde C est partie à la découverte du classicisme grâce à un parcours d’activités mêlant littérature, musique et langues. Ce projet entre dans le programme « Culture Éducation » proposé par La Scène Nationale de Poitiers. C’est dans ce cadre que les élèves de 2C ont interviewé en langue étrangère (anglais et espagnol) plusieurs musiciens de l’Orchestre des Champs-Elysées pour mieux comprendre leur conception de la musique classique et ce qui les a amenés à se consacrer à cette musique.

À l’occasion de la sortie culturelle de la classe de seconde C du LP2I, qui a eu lieu les 3 et 4 décembre 2012 au Théâtre Auditorium de Poitiers, nous avons pu rencontrer Adrian Chamorro , l’un des violonistes de l’Orchestre des Champs-Élysées (OCE). Adrian Chamorro est d’origine colombienne, il nous a donc accordé une interview dans sa langue maternelle, l’espagnol.

Encontramos a alguien maravilloso. Encontramos a un violinista. Encontramos a Adrían Chamorro.

Llegó sencillamente con su violín en la mano. Lo dejó sobre el suelo y vino a sentarse delante de nuestras miradas atentas y solícitas.

Se quedó en Colombia hasta la edad de diecinueve años. Había decidido venir a Rusia. Pero, se preguntó “Que voy a hacer ahora en la vida ?”. Tuvo la ocasión hacer un trío musical en Francia. Así fue como llegó a Francia.

Empezó a tocar el violín de fuerza. Tocaba su instrumento una hora al día durante nueve años. Nunca se le prohibió tocar, nada ni nadie le prohibió exprimirse. “Mi espíritu es más fuerte que mi cuerpo.” Ya los aeropuertos le oyeron. “Nada mejor que tocar en este lugar, así se acumula experiencia.” -dijo. Sorprendentemente de lo que pudiéramos pensar, fueron el Rock’n’Roll, Los Beatles o los Rolling Stones quienes educaron su oído y le enseñaron el ingles.

Según Adrían Chamorro, el clasicismo es un equilibrio entre el fondo y la forma. Es el que organiza la música moderna.

Le gusta todo en su trabajo, en su pasión mejor así. Su violín, hecho en 1906 en Italia para uno de los alumnos del fabricante sigue fascinándole. Aunque alguna rutina se instale en la relación, siempre le enseña algo. “No me puedo morir sin saber como funciona mi violín, entender como funciona.” Le encanta viajar por todo el mundo, descubrir siempre cosas. Sigue aprendiendo, “no hay limite al conocimiento”.

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